SALUDO DE NAVIDAD
Miércoles 21 de Diciembre, 2016
Estimados hermanos y hermanas:
Una vez más Dios Padre nos permite vivir el misterio del nacimiento de su Hijo Jesucristo.
Una vez más nos invita a abrir la vida a su Palabra, la que nace entre nosotros para revelarnos el Rostro misericordioso de Dios.
Una vez más podemos refugiarnos en el acontecer salvador de un Dios que nos busca y nos ama.
Si, Dios Padre nos busca y ama haciendo que, por obra del Espíritu, su Palabra se haga uno de nosotros y salga a nuestro encuentro. Su Palabra es Jesucristo, su mismo Hijo amado, quien nace para ti, para mí, para nosotros, para el mundo.
Nace para que reposemos en Él y nos dejemos cobijar por su poder y su sabiduría, por su amor y su comprensión, llenando de vitalidad nueva y de significados originales nuestra existencia.
Desde entonces, nuestras tristezas y debilidades (¡las de todos los tiempos!) pueden abrirse al don maravilloso de la fortaleza y la esperanza que cambia todo de perspectiva, pues nos hacen apreciar personas, acontecimientos y cosas desde el mismo corazón de Dios. ¡Y su corazón es su propio Hijo!
La Palabra del Padre se nos regala para que podamos vivir intensas experiencias de perdón y amor que purifican nuestra historia, renuevan nuestra vida.
Se nos regala para vivir la Iglesia como comunidad de hermanos, nuevo pueblo de Dios.
Se nos regala para ocuparnos de los más débiles y revelarles que el rostro misericordioso de Dios nace hoy para ellos mediante nosotros los “cristianos”, los que hoy llevamos el nombre de “Cristo".
¡El Hijo de Dios que nace es vida nueva y paz!
¡Es nuestro mejor regalo!
¡Es el mejor regalo para el mundo!
Con afecto fraterno en la alegría del nacimiento del Salvador.
Fdo. + Santiago Silva Retamales
Obispo Castrense de Chile
Pdte. de la Conferencia Episcopal de Chile