Quisiera hacer llegar un afectuoso saludo a los Capellanes, Diáconos, Seminarista, Catequistas, fieles católicos y personas de buena voluntad que colaboran en el anuncio del Evangelio de Jesucristo para el bien espiritual de los hombres de armas y sus familias.
Es ésta una ocasión propicia para mirar nuestra historia y agradecer a tantos sacerdotes que han acompañado a los soldados, marinos, aviadores y carabineros con los auxilios espirituales de la gracia divina y sacramental. Una historia que se inició formalmente el año 1910 cuando la Santa Sede creó la Vicaría Castrense, con sus respectivos Servicios Religiosos, a petición expresa del Gobierno de Chile. Sin embargo, la presencia de los Capellanes consta desde los orígenes de cada una de las Instituciones de las Fuerzas Armadas y Carabineros de Chile.
De esta manera, el Obispado Castrense, a través de los Servicios Religiosos, ha cumplido y sigue realizando su misión de brindar atención religiosa al personal que lo necesite; promoviendo la formación moral en las virtudes teologales, cardinales y militares; asesorando al Mando, en materias religiosas y morales, cuando éste lo requiera. A esto se suman las prioridades pastorales de contribuir al fortalecimiento del matrimonio y la familia, la educación integral de los jóvenes, el acompañamiento de enfermos y ancianos como la de fomentar la caridad hacia los más necesitados. Tareas que la pandemia a complejizado, pero que no ha detenido, pues tenemos la confianza en Aquel que nos ha dicho: “Yo estoy con ustedes todos los días hasta el fin de los tiempos” (Mt 28,20).
Aprovecho esta instancia para agradecer a los Capellanes y Agentes evangelizadores por su trabajo pastoral como también los animo a perseverar en la fidelidad a Dios, para quien no hay nada imposible.
Que la Santísima Virgen del Carmen, nuestra Patrona y Generala, los proteja e interceda ante su Hijo Jesucristo para que nos envíe un Obispo según su Corazón
Fdo.
Mons. Claudio Verdugo Cavieres
Administrador
Obispado Castrense de Chile
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