En este cuarto domingo de Pascua, llamado domingo del Buen Pastor, el Papa Francisco rezó la oración mariana del Regina Coeli asomado desde la ventana del Palacio Apostólico del Vaticano tras haber celebrado en la Basílica Vaticana una Misa en la que ordenó a nueve sacerdotes para la Diócesis de Roma.
Comentando el Evangelio del día según san Juan (Jn 10,11-18) que presenta a Jesús como "el verdadero pastor, que defiende, conoce y ama a sus ovejas", el Santo Padre destacó dos aspectos del estilo de cercanía con el que se relaciona el Hijo de Dios con su "rebaño".
Jesús: Pastor verdadero y bueno
En primer lugar, "Él se opone al pastor asalariado a quien no le importan las ovejas, porque no son suyas y que hace este trabajo solo por la paga: no se preocupa por defenderlas y cuando llega el lobo huye abandonándolas (cfr vv. 12-13)".
En cambio Jesús es un pastor verdadero - continuó explicando el Pontífice- "nos defiende y nos salva en muchas situaciones difíciles, peligrosas, mediante la luz de su palabra y la fuerza de su presencia, que experimentamos especialmente en los Sacramentos".
El segundo aspecto que subrayó Francisco es la bondad de Jesús "pastor bueno, conoce a sus ovejas y las ovejas le conocen a Él".
“Para Él no somos masa ni multitud. Somos personas únicas, cada uno con la propia historia, cada uno con el propio valor, tanto como criatura como redimido por Cristo. Cada uno de nosotros puede decir: ¡Jesús me conoce! Es verdad, es así: Él nos conoce como nadie más. Solo Él sabe qué hay en nuestro corazón, las intenciones, los sentimientos más escondidos. Jesús conoce nuestras fortalezas y nuestras debilidades, y está siempre listo para cuidar de nosotros, para sanar las llagas de nuestros errores con la abundancia de su gracia. En Él se realiza plenamente la imagen del pastor del pueblo de Dios delineada por los profetas: se preocupa por sus ovejas, las reúne, venda la que está herida, cura la que está enferma”
El amor de Cristo abraza a todos
En este contexto, el Papa puntualizó que Jesús Buen Pastor "defiende, conoce, y sobre todo ama a sus ovejas" y precisamente el amor por sus ovejas, es decir por cada uno de nosotros, "lo lleva a morir en la cruz, porque esta es la voluntad del Padre, que nadie se pierda".
Asimismo, Francisco hizo hincapié en que el amor de Cristo no es selectivo sino que abraza a todos.
“Así nos lo recuerda Él mismo en el Evangelio de hoy, cuando dice: «También tengo otras ovejas que no son de este redil; también a esas las tengo que conducir y escucharán mi voz; y habrá un solo rebaño, un solo pastor» (Jn 10,16). Estas palabras dan fe de su inquietud universal: Jesús quiere que todos puedan recibir el amor del Padre y tener la vida”
El Santo Padre finalizó su alocución indicando que la Iglesia está llamada a llevar adelante esta misión universal de Cristo ya que Jesús ha dado la vida por toda la humanidad (no solo por los que frecuentan las comunidades o parroquias) y por ello los cristianos tenemos que testimoniar su amor, con actitud humilde y fraterna a todos y cada uno, sin exclusión.
"Hermanos y hermanas, Jesús defiende, conoce y ama a cada una de sus ovejas. María Santísima nos ayude a acoger y seguir nosotros los primeros al Buen Pastor, para cooperar con alegría a su misión", concluyó Francisco.
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