La presidencia del Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM) expresó su solidaridad con la Iglesia chilena al rechazar de manera categórica los actos violentos que afectaron a las parroquias en Santiago de Chile. Los representantes del organismo de comunión eclesial confían en que las autoridades esclarezcan con celeridad este acto de violencia que no puede admitirse de ninguna forma, sin importar su origen, porque todos debemos trabajar por el progreso de nuestros pueblos, esforzándonos por vivir en paz y armonía. “Condenamos este y cualquier acto de sacrilegio o profanación que atente contra la vida espiritual de los fieles y el trabajo evangelizador de la Iglesia, especialmente en estos difíciles tiempos de pandemia que nos toca vivir” expresa parte del mensaje del CELAM.
La Conferencia Nacional de Obispos de Brasil - CNBB, a través de su presidencia, también expresó este 21 de octubre su fraternal solidaridad con la Iglesia en Chile, por los violentos actos vandálicos sufridos. El episcopado brasileño ora "al Dios de la Paz para que siga fortaleciendo a los hermanos obispos y otros cristianos chilenos, en la misión de colaborar para que se restablezca la paz social. De hecho, no hay forma de aceptar la violencia como solución a los problemas de una nación. La violencia deshumaniza, daña a las personas, destruye bienes y desdibuja la historia", agregando que como ha señalado el Papa Francisco “Todo acto de violencia cometido contra un ser humano es una herida en la carne de la humanidad; toda muerte violenta nos rebaja como personas. La violencia genera más violencia, el odio genera más odio, y la muerte, más muerte. Tenemos que romper esta cadena que parece ineludible” (Fratelli tutti, 227).
En nombre de los obispos de la Conferencia Episcopal Española y en el de toda la Iglesia católica en España; el cardenal Juan José Omella, presidente de la CEE y el secretario general, Luis J. Argüello, obispo auxiliar de Valladolid, manifestaron su fraternidad y cercanía a “todos nuestros hermanos de Chile, en estos momentos difíciles a causa de los diversos brotes de violencia de los que han sido objeto algunas Iglesias de la Archidiócesis de Santiago de Chile”, agregando que “como bien ha señalado esa Conferencia Episcopal hermana, la mayoría del pueblo chileno no apoya ni justifica las acciones violentas que causan dolor a tantas personas atemorizadas por quienes no buscan construir nada, sino más bien destruirlo todo. Rogamos a Dios que derrame su gracia en el pueblo chileno para que aplaque el corazón de los violentos y brote el respeto a la verdad, la justicia y los derechos humanos”.
También se recibió un mensaje desde el episcopado argentino, firmado por los obispos Oscar V.Ojea y Carlos H.Malfa, presidente y secretario general de la CEA, respectivamente. “Ante los graves incidentes producidos el día domingo, en el que además se incendiaron y saquearon lugares sagrados, manifestamos nuestra solidaridad con la Iglesia de Chile, y expresamos nuestra cercanía con las comunidades de las Iglesias de La Asunción y San Francisco de Borja. Renovamos la comunión fraterna y pedimos a Dios que conceda la paz y la amistad social en la hermana Nación” expresa el texto en el que se invoca la intercesión de Ntra. Sra. del Carmen, Patrona de Chile “para todo el pueblo y, en especial, para los que sufren la violencia”.
En representación de los obispos de Paraguay, el presidente de la CEP, Mons. Adalberto Martínez Flores manifestó su solidaridad, apoyo y oración: “Todo signo de intolerancia, irrespeto y extrema ofuscación, que atenta contra la dignidad de las personas y sus genuinas expresiones, revela la dolora distancia y el cruel desatino que el mal es capaz de generar en el corazón y la mente, de quienes han olvidado a Dios”.
Además, se recibió una carta de parte de los obispos de la Patagonia Argentina dirigida a los obispos de la Patagonia y sur de Chile. En la misiva se expresa la cercanía en estos momentos de tristeza y angustia “Nos unimos al pueblo fiel de Dios que ciertamente sufre ante esos actos de violencia que destruyen los valores de convivencia, de paz y de respeto, buscados y logrados con tanto sacrificio, y ahora vulnerados y puestos en crisis”. También añaden que “junto con ustedes renovamos el camino del Evangelio que recientemente nos re propone el Papa Francisco: ´La paz social es trabajosa, artesanal. … Integrar a los diferentes es mucho más difícil y lento, aunque es la garantía de una paz real y sólida … Lo que vale es generar procesos de encuentro, procesos que construyan un pueblo que sabe recoger las diferencias. ¡Armemos a nuestros hijos con las armas del diálogo! ¡Enseñémosles la buena batalla del encuentro! (FT 217)´.
Cabe señalar que pocas horas después de los hechos, la Conferencia Episcopal Mexicana expresó a través de un mensaje su cuenta de twitter: “Lamentamos profundamente los hechos ocurridos en Chile. Los templos son signos de la identidad de un pueblo, su destrucción significa una pérdida que lastima y hiere a la comunidad”.
Fuente: Comunicaciones CECh
CECh, 21-10-2020
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