10 de junio de 2020.
Frente a las protestas por el abuso policial que causó la muerte de George Floyd, un sacerdote recuerda la vida del vicesargento Salvo D'Acquisto, un policía italiano que dio su vida por los que había jurado proteger y que podría ser declarado santo.
Durante la Segunda Guerra Mundial, Salvo D'Acquisto fue miembro del Arma de los Carabinieri de Italia y subcomandante de la estación de policía rural de Torrimpietra, en las afueras de Roma.
En septiembre de 1943 las autoridades alemanas rodearon y arrestaron a 22 personas, quienes fueron acusadas de manipular una caja de municiones y provocar la muerte de dos soldados cuando inspeccionaban una base militar cercana.
Como funcionario de la policía local, D'Acquisto investigó la explosión e interrogó a las personas que habían sido arrestadas.
Después de sus entrevistas, el soldado trató de explicar a los alemanes que la explosión fue un accidente y que nadie en el área era responsable. Pero decididos a vengarse, los nazis obligaron a los prisioneros a cavar una fosa común y anunciaron que serían ejecutados.
Entonces, D'Acquisto se declaró culpable del atentado para salvar la vida de estas personas inocentes, al asumir que trabajó sin ayuda en el plan para causar la explosión.
Los civiles fueron liberados y el policía de 22 años recibió un disparo ante un pelotón de fusilamiento.
El Ordinario Militar italiano abrió una causa para su canonización en 1983.
El antiguo miembro de los Carabinieri, Mons. Gabriele Teti, fue el postulador de la causa de D'Acquisto de 2014 a 2018 y conoce en profundidad la historia del policía en proceso de canonización.
Mons. Teti dijo que D'Acquisto consideraba su afiliación a los Carabinieri como un servicio para sus compatriotas.
El policía “fue tan lejos (en su labor) como para demostrar que su vida estaba verdaderamente al servicio de la gente”, incluso si significaba dar su vida, dijo el sacerdote.
Mons. Teti señaló que D’Acquisto, antes de su muerte, conoció a un amigo que había asistido al entrenamiento de Carabinieri con él. Para entonces, un gran grupo de carabineros se encontraban en la clandestinidad para luchar contra los alemanes en Roma, y este amigo invitó a D’Acquisto a abandonar el uniforme y unirse a la resistencia.
“Él respondió que su deber era proteger el orden y la seguridad, y que su tarea consistía en quedarse”, agregó.
En 2001, el Papa San Juan Pablo II dijo a los oficiales de la policía nacional italiana que “la historia de los carabineros italianos muestra que las alturas de la santidad se pueden alcanzar en el cumplimiento fiel y generoso de los deberes del propio estado”.
“Estoy pensando en su colega, el sargento Salvo D'Acquisto, galardonado con una medalla de oro por su valor militar, cuya causa de beatificación está en marcha”, añadió el Santo Padre.
Mons. Teti indicó que el sacrificio de D’Acquisto debe verse en el contexto de toda su vida y resaltó que el policía “creció en una familia muy religiosa”.
“Desde la infancia, hay pequeños episodios que nos hacen comprender la naturaleza de Salvo D'Acquisto. Cuando era niño, en su camino de regreso a casa luego de la escuela, donaba sus zapatos a cualquier pequeño que estaba descalzo. En otra ocasión, se apresuró a salvar a un niño que estaba a punto de terminar debajo de un tren”, resaltó.
Mons. Teti indicó que la causa de beatificación del policía encalló en temas “burocráticos” y que la causa de D'Acquisto sigue siendo considerada en el Vaticano.
Se estableció una causa para su martirio, pero el sacrificio de Salvo D'Acquisto cae en una nueva categoría de santos, aquellos que han hecho un “regalo de vida”, dijo el sacerdote.
En Italia, los sacerdotes indicaron que “la devoción al Salvo D'Acquisto está en todas partes. Tanto es así que algunos incluso dicen que no hay necesidad de hacerlo santo, dado que ya lo consideran un siervo bendito de Dios".
Traducido y adaptado por Harumi Suzuki. Publicado originalmente en CNA.
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