Feliz de haber servido a Dios y a la Iglesia de Magallanes durante 6 años y de haber conocido las maravillas del Señor, regresa a la Diócesis de su Pais, el padre Padre Margarito Severino Martínez González, atendiendo las parroquias de San Alberto Hurtado y San Francisco de Sales en Cerro Sombrero y Porvenir en la Isla grande de Tierra del fuego. Sirviendo también al Obispado Castrense como capellán ad honoren en el Destacamento No 11 Caupolicán, a la Armada y Carabineros de Chile en Tierra del fuego.
Apenas dio a conocer su partida, las distintas comunidades en que ha servido, programaron actividades de agradecimiento por su misión y servicio. Se reunió en torno a la Eucaristía que presidió el Obispo de Punta Arenas, y con gran solemnidad, los fieles lo acompañaron y dieron múltiples gestos de agradecimiento por su trabajo y cercania
“Me voy muy contento. En las últimas semanas, cuando anuncié mi viaje, el Señor me ha permitido ver las maravillas que ha hecho, tanto en una como en otra parroquia. Aunque la gloria es de Dios, sin duda alguna, pues yo soy muy limitado y estos seis años me han hecho ver mi pobreza pero me han mostrado su afecto. Hace seis años yo vine pensando que iba a ser un súper cura y me he dado cuenta que soy muy limitado, pero he visto que el Señor, a pesar que yo soy un vaso de barro, me ha regalado un tesoro que es su amor. Me voy contento porque el Señor me ha ido bajando para poder conocer más; Ha sido una gran alegría para mí servir a las familias y a las fuerzas armadas aquí en esta diócesis tan particular”, manifestó.
“Al comienzo fue un poco difícil, porque uno tiene esquemas distintos hasta que empieza a comprender cómo piensa la gente, cómo siente, cómo llegar a la gente, y uno se tiene que ir adaptando y no es fácil, a veces, ni para uno ni para la gente. Pero yo he visto, en general, que la gente ha tenido paciencia conmigo, que está acostumbrada a que pasen sacerdotes misioneros y poco a poco el Señor nos ha dado comunión y me ha permitido entrar en sus vidas y poder anunciarles la buena noticia de Jesucristo y veo que la gente acoge con cariño este mensaje, y lo mismo me pasó con las familias de los uniformados que atendí”, comentó.
El Obispado Castrense de Chile agradece al Padre Margarito Severino Martínez González, miembro de la Congregación de la Misión, todos sus esfuerzos y desvelos en beneficio de la Iglesia particular Castrense en Magallanes, y Dios que es rico en Misericordia le premie su entrega sacerdotal.
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