OBISPO CASTRENSE PARTICIPA EN TOMA DE POSESION

En una Catedral colmada de fieles, Monseñor Cristián Castro Toovey tomó posesión canónica como Obispo de la Diócesis de Santa María de los Ángeles, la mañana de este sábado 25 de mayo.

La Eucaristía comenzó con la Iglesia de Los Ángeles que, congregada como Pueblo de Dios, dio la bienvenida a su nuevo pastor, quien realizó su profesión de fe y juramento de fidelidad.

Luego de los ritos iniciales, el Vicario Judicial de la Diócesis, Pbro. Mauricio Zapata, mostró y proclamó la Bula Papal con la que se nombró a Monseñor Cristián Castro como nuevo Obispo de Santa María de los Ángeles. Posteriormente, el Obispo emérito, Monseñor Felipe Bacarreza le entregó el báculo, símbolo del pastor, y el nuevo Obispo se sentó por primera vez en la sede, tras lo cual fue saludado por cada uno de los sacerdotes de la diócesis, como signo de obediencia y respeto.

Continuar juntos la labor evangelizadora
Monseñor Cristián Castro inició su homilía agradeciendo a Monseñor Bacarreza por su generoso y dedicado ministerio episcopal y “por su delicadeza y fraternal solicitud hacia mi persona, desde el primer momento de conocer la noticia del nombramiento de su sucesor. Muchas gracias don Felipe por su cercanía y dedicación en disponer a la comunidad diocesana, en primer lugar, con la oración, el buen ánimo y todo lo necesario para poder recibir a su nuevo obispo”.

Luego hizo alusión a su primer saludo al conocerse su nombramiento como Obispo de Santa María de los Ángeles, señalando que si bien se presenta “con muchas fragilidades”, confía en la acción del Espíritu Santo. Y expresó su deseo de insertarse en la vida e historia de evangelización de la comunidad diocesana, “queriendo, ante todo, conocerla, valorarla y cuidarla para continuar juntos, esa labor evangelizadora”.

“Mi mensaje al iniciar el ministerio episcopal en la diócesis de Santa María de los Ángeles, quiere ser ante todo un llamado a la unidad, la fraternidad y la corresponsabilidad”, enfatizó.

En ese contexto, se dirigió a las autoridades presentes, ofreciendo “apoyo y colaboración para trabajar, cuidar y dignificar a todos los habitantes de este hermoso territorio” y afirmó que como Iglesia “somos portadores del mensaje de Cristo y no lo podemos silenciar, por tanto, lo que ofrecemos es oración, cercanía, compromiso y colaboración por las causas nobles y justas que expresen el mensaje de Jesucristo y de su Evangelio. Pero también tenemos que denunciar lo que se aparte del mandato y el querer de Dios, tanto por las veces que no seamos coherentes en el seno de la misma Iglesia, como cuando en nuestros ambientes sociales veamos descuido por la vida y la dignidad que todos necesitamos y requerimos para vivir en paz”.

Asimismo, hizo un llamado a todas las comunidades eclesiales a seguir “entregando el Evangelio de Jesús a todos y en todas partes, con nuestros pobres medios, pero con el corazón de quienes nos sabemos amados por Dios y sabemos que nuestra alegría es dar a conocer el amor de Jesucristo a todos y en todas las circunstancias”.

El Obispo de Santa María de los Ángeles pidió permiso “para entrar a participar de la vida eclesial de toda la diócesis, con y entre ustedes, siendo desde ahora su obispo. Algunas veces tendré que ir delante de ustedes para mostrarles el camino, otras tantas detrás de ustedes para cuidarles. Creanme que donde más me siento cómodo es ir junto a ustedes. Tenganme paciencia, al poco andar se darán cuenta de mis defectos que son muchos, pero si me tienen paciencia, me comprometo también, con la gracia de Dios, a mejorar, cambiar y crecer para bien de todos, y que el Reino de Dios siga creciendo en nuestra diócesis”.

Además, exhortó a continuar con un legado muy querido por Monseñor Bacarreza: “una prolongada y decidida oración y acción en favor de las vocaciones. Todos somos llamados por el Señor para una misión. Necesitamos escucharlo más y mejor, para que desde nuestras familias y comunidades surjan las respuestas a su llamado. Que logremos generar una cultura vocacional. Por eso les pido que en todas nuestras capillas de Adoración Eucarística, en todas las celebraciones litúrgicas, en todos nuestros colegios, capillas y parroquias, en nuestros hogares, esté siempre muy presente la oración y la acción a favor de las vocaciones”.

Monseñor Castro encomendó a María Santísima su ministerio espiscopal y dijo sentir “en esta hora la presencia de los pastores que nos han marcado la ruta, el ejemplo de los obispos que en el pasado no tan lejano han influido tan positivamente en la vida eclesial de nuestro país y que hoy son presentados como posibles mediadores ante Dios por nosotros, futuros santos de nuestra nación”, como los Siervos de Dios Cardenal José María Caro, Monseñor Enrique Alvear, Monseñor Guillermo Hartl, Monseñor Adolfo Rodriguez Vidal y el Venerable Monseñor Francisco Valdés Subercaseaux. “Que el ejemplo de todos ellos, me inspire y anime a amar más al Señor y servir con mayor generosidad a su Iglesia. ¡Bendigamos al Señor! Su nuevo obispo les bendice de todo corazón”, puntualizó.

“Lo recibimos con alegría”
Entre quienes asistieron a la Toma de Posesión Canónica se encontraba Paulina Cartes, quien afirmó que la llegada de Monseñor Cristián Castro “es una alegría para el pueblo cristiano, sobre todo para la comunidad de Los Ángeles. Lo que hemos visto es que es una persona muy cercana al pueblo y eso es muy bueno, es lo que necesitamos hoy en día, alguien cercano a las comunidades. Así que le damos la bienvenida y lo recibimos con toda la alegría, estamos todos muy contentos con su llegada”.

Asimismo, Jeanette Novoa comentó que “es una gran alegría, aunque no lo esperábamos tan pronto, pensé que se demoraría un poco más porque le tenemos mucho cariño a Monseñor Felipe, pero es una gran alegría tener un nuevo Obispo en nuestra Diócesis. Se nota que es una muy buena persona, humilde, sencillo y cercano a la gente. Lo recibimos con todo el cariño, la alegría y con la disposición para acompañarlo y seguir trabajando en lo pastoral”.

Mientras que Carlos Mellado reconoció tener “sentimientos encontrados, porque nuestra comunidad, mi familia y yo tenemos mucha estima por Monseñor Bacarreza, que se va y deja un enorme legado en nuestra Diócesis. Se va y es una pena, pero sabemos que los tiempos de Dios no son nuestros tiempos y la venida de este nuevo Obispo también nos da la oportunidad, en cierta forma, de buscar nuevos desafíos, los cambios siempre son buenos y hay que aceptar la voluntad de Dios”.

En ese contexto, señaló que Monseñor Castro es “un Obispo bastante cercano, muy carismático. Todos somos Iglesia y tenemos que estar unidos en este desafío, él es nuestro pastor y nosotros tenemos que obedecer a nuestros pastores, así que le deseamos lo mejor en este nuevo desafío y nos encomendamos a Dios y a la Santísima Virgen, Santa María de los Ángeles, la Reina de los Ángeles, para que él pueda ejercer su ministerio como Dios quiere”.

Fuente: Comunicaciones Concepción
Los Ángeles, 25-05-2024