Con la presencia de autoridades civiles y de las Fuerzas Armadas y de Orden se realizó la Eucaristía en memoria de los mártires de Carabineros: los suboficiales mayores Carlos Cisterna Navarro, Sergio Arévalo Lobos y Misael Vidal Cid, en la Catedral de Concepción.
La Misa, celebrada la mañana de este viernes 3 de mayo -aniversario de la creación del Obispado Castrense y fiesta de la Exaltación de la Santa Cruz-, fue presidida por el Administrador Diocesano de Concepción, Monseñor Bernardo Álvarez.
En su homilía, Monseñor Álvarez afirmó que hoy la Catedral de Concepción “abre sus puertas y nos cobija en estos días de frío, de tristeza, de dolor” y agregó que “cuando vienen estos sentimientos necesitamos un lugar seguro, una puerta abierta, unos brazos y manos extendidos, un corazón y un pecho donde recogernos y experimentar sólo la sensación de comunión. Hay alguien que nos acoge, que nos está esperando, que nos sostiene, que nos ama con un amor entrañable, un amor que no tiene fin, Alguien que dio la vida por nosotros con un amor infinito. Su nombre es Jesús”.
“Nos cobijamos en la presencia de Jesús en estos días y nos cobijamos como pueblo peregrino, como pueblo que se congrega en esta casa para ofrecer oraciones, para volver nuestra mirada a Dios, porque sabemos que cuando miramos a Dios, podemos mirar en verdad a la persona humana. Y oramos por los tres mártires de Carabineros (…), oramos especialmente por sus familias y por la familia de Carabineros de Chile. Pero también oramos por nuestro país, por nuestra Región del Biobío y nuestra querida Provincia de Arauco que sufre una vez más la pérdida de tres vidas humanas de manera trágica y profundamente dolorosa. Tres vidas que han conmovido profundamente el corazón de todo el país. En ese sentido, reafirmamos una vez más, como Iglesia, el valor y el derecho fundamental de toda sociedad humana, el irrestricto respeto por la sagrada dignidad de la persona humana”, enfatizó.
Reflexionando en torno al misterio de la Cruz, el Administrador Diocesano de Concepción señaló que “queremos que estas muertes tengan verdadero sentido en Dios y puedan invitarnos a un verdadero movimiento que permita la entrada de los nuevos criterios que Dios solamente nos puede regalar”. En ese contexto, se refirió a la tradición de la Cruz de Mayo, “una cruz llena de flores”, un instrumento de muerte que transformado por el amor del Crucificado quedó definitivamente y para siempre como signo de vida.
“Queremos que estos mártires de Carabineros y la conciencia que nos puede ofrecer esta gran tragedia que vivimos en nuestro país actualmente, abriéndonos al amor de Dios, la fe y los valores profundos de nuestra patria que nos han permitido construir nación, permitan en estos días que estos signos e instrumentos de muerte finalmente puedan ser transformados y florecer hacia signos de vida. Sin duda que es un don que Dios nos quiere regalar, pero requiere de las capacidades, responsabilidades y voluntades de cada uno de nosotros. Por eso pidamos a Dios también que este misterio que hoy vivimos, de muerte, nos responsabilice frente a la construcción del Reino de Dios, del reino de paz, de justicia, de verdad. Sintámonos muy partícipes en comunión del dolor de las familias de los mártires, también de Carabineros, y pidamos que la gracia de Dios pueda inundar nuestros corazones y conciencias, y trabajemos decididamente por lo que Dios verdaderamente quiere en Chile: una nación de hermanos. Lo pedimos a Dios por la intercesión de la Virgen del Carmen, Patrona, Reina y Generala de las Fuerzas Armadas y de Orden”, puntualizó.
Fuente: Iglesia de Concepción
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