Queridos capellanes, fieles y personas de buena voluntad del Obispado Castrense de Chile,
Celebramos el domingo 16 de julio a Nuestra Señora del Carmen, Madre y Reina de Chile, Generala Jurada de las Fuerzas Armadas y de Carabineros. Es el día de la espiritualidad del Obispado Castrense.
Es una buena oportunidad para preguntarnos sobre el significado y la importancia de la espiritualidad en la vida y en la familia de cada uniformado. La mejor persona que nos ayuda a entender y llevar a la práctica la vida espiritual es precisamente la Madre de Jesús. Claro, porque ella concibió en su seno materno, “por obra del Espíritu Santo” al Niño Dios y recibió del mismo Espíritu su sabiduría y fortaleza para cumplir la misión que se le encomendó. Con esta gracia de Dios, ella acompañó a su Hijo hasta el sacrificio de su vida en la cruz, en su resurrección y en Pentecostés. Y así, durante toda su vida, la Virgen María recibirá y cultivará con la fuerza del fuego del amor del Espíritu Santo, una profunda espiritualidad. Esta fuerza de lo alto le ayudará a enfrentar sabiamente los acontecimientos gozosos, dolorosos, luminosos y gloriosos de su vida como Madre y discípula de Jesucristo el Señor. En su testimonio de vida descubrimos entonces, lo que Dios realiza en nuestra propia vida y qué es y para qué sirve la espiritualidad cristiana, la vida interior, de los militares y carabineros de Chile.
De nada le habría servido a la Madre del Señor ser buena persona, hacer el bien y entender lo que Dios le pedía si no hubiera recibido esta fuerza del Espíritu Santo que la llenó del fuego de la caridad. Así lo comprende san Pablo en su carta a los Corintios: “Aunque hablara todas las lenguas de los hombres y de los ángeles, si me falta el amor sería como bronce que resuena o campana que retiñe. Aunque tuviera el don de profecía y descubriera todos los misterios, -el saber más elevado-, aunque tuviera tanta fe como para trasladar montes, si me falta el amor nada soy. Aunque repartiera todo lo que poseo e incluso sacrificara mi cuerpo, pero para recibir alabanzas y sin tener el amor, de nada me sirve. El amor es paciente y muestra comprensión. El amor no tiene celos, no aparenta ni se infla. No actúa con bajeza ni busca su propio interés, no se deja llevar por la ira y olvida lo malo. No se alegra de lo injusto, sino que se goza en la verdad. Perdura a pesar de todo, lo cree todo, lo espera todo y lo soporta todo.” (1 Cor 13, 1-7) El Espíritu Santo dotó con todas amables virtudes a la Madre del Salvador. En la santidad de la Virgen del Carmen aprendemos a conocer y practicar la imprescindible y esencial espiritualidad cristiana.
La Virgen del Carmen nos recuerda que para ser buen cristiano, soldado y carabinero hay que cultivar la vida en el Espíritu a través de la oración, los sacramentos, la fraternidad y el servicio a la comunidad. Sostenidos y guiados por el Espíritu Santo que hace crecer en el corazón castrense una motivación y entusiasmo que jamás desaparecerá. Cultivar una profunda espiritualidad, unidos a la Virgen y a su Hijo Jesús, nos hace encontrar y realizar la voluntad de Dios que nos hace libres, sabios, buenos y bienaventurados para amar a Dios por sobre todas las cosas y al prójimo, a la familia chilena, como a uno mismo.
Dice el Papa Francisco: “Con el Espíritu Santo, en medio del pueblo siempre está María. Ella reunía a los discípulos para invocarlo (Hch 1,14), y así hizo posible la explosión misionera que se produjo en Pentecostés. Ella es la Madre de la Iglesia evangelizadora y sin ella no terminamos de comprender el espíritu de la nueva evangelización. (EG 284)
Que Nuestra Señora del Carmen, Madre y Reina de Chile y de los militares y carabineros con sus familias y capellanes, interceda por nosotros en el impulso evangelizador del Espíritu Santo para llenar de la alegría del amor de Dios los corazones de los servidores de la Patria.
+ Pedro Ossandón Buljevic
Obispo Castrense
Lunes 10 de julio de 2023
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