Justo hoy, cuando Usted ha presidido la misa exequial de Benedicto XVI en Roma, nosotros, desde la Catedral Castrense, nos hemos unido, junto a las comunidades de nuestra Iglesia Particular presentes en todo Chile, para dar gracias a Dios por el ejemplo de fe, esperanza y caridad que nos ha heredado para siempre el entrañable Pastor que hoy despedimos.
Providencialmente, en los textos sagrados de la liturgia del día, leemos dos verdades que interpretan plenamente el testimonio y el magisterio del Papa Benedicto. El Pastor del mandamiento del amor: “Este es el mensaje que habéis oído desde el principio: que nos amemos unos a otros” 1Jn 3, 11. Y el Obispo y Pontífice contemplativo y catequista: “Les aseguro que ustedes verán el cielo abierto, y a los ángeles de Dios subir y bajar sobre el Hijo del hombre” Jn 1, 51
¡Gracias Benedicto XVI! Ora por nosotros y por el mundo entero.
Unidos en la oración y en la comunión evangelizadora bajo la protección de la Virgen del Carmen, se despide de Usted con afecto y gratitud, en el Señor resucitado,
+ Pedro Ossandón Buljevic
Obispo Castrense de Chile
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