Como parte de las actividades pastorales del Obispo Castrense de Chile, Mons. Pedro Ossandón, el pasado lunes 25 de julio celebró la Santa Misa en la parroquia naval de Talcahuano con motivo de la celebración del Día de la Espiritualidad de las Fuerzas Armadas, Carabineros de Chile y PDI.
Junto a las delegaciones de las Instituciones integradas por los altos mandos, oficiales, personal y sus capellanes. Con el Almirante Jorge Parga y autoridades del Ejército, Carabineros y Policía de Investigaciones, los capellanes P. Rafael Providell, P. Fernando Jarpa y P. Lorenzo Torres y Diáconos Permanentes.
En la oportunidad el Obispo Castrense la importancia que tiene la Virgen del Carmen en nuestra historia como país y como Instituciones. Como país el congreso decreto su día feriado legal en reconocimiento unánime. En las Instituciones como nuestra Patrona Jurada y Generala, desde la promesa de nuestros padres de la patria. Así mismo se confiaron nuestros martires Institucionales, y todos aquellos que jura a la Bandera.
Historia y tradición
Según la tradición, un 16 de julio de 1251, San Simón Stock, superior de los Carmelitas, se encontraba en oración rogando por sus religiosos perseguidos. De pronto, la Virgen se le apareció con el hábito de la Orden en la mano y le entregó un escapulario.
Después de este milagro, la devoción a la Virgen del Carmen fue creciendo y la espiritualidad carmelita se extendió por varios lugares del mundo, donde ha sido divulgada por la Orden de Nuestra Señora del Monte Carmelo (carmelitas).
En Chile, desde 1595, los misioneros agustinos sacaban en procesión a la Virgen del Carmen por Santiago, dándola a conocer y rezándole por las intenciones de la comunidad. Con el paso de los años, los chilenos fueron generando lazos de confianza y cariño hacia esta advocación de la Virgen, pidiendo su intercesión durante el proceso de Independencia del país.
Tras el Desastre de Rancagua, en 1814, y al reorganizarse el Ejército Libertador de Los Andes en Mendoza, los generales O´Higgins y San Martín “escogen a la Virgen del Carmen como su Patrona, jurándole fidelidad, los oficiales y toda la tropa. Así, los patriotas, llenos de coraje invocaron a su Patrona en la travesía de Los Andes y en la Batalla de Chacabuco, logrando la victoria el 12 de febrero de 1817”.
Un año después, el pueblo chileno juró, en la Catedral de Santiago, levantar un Santuario a la Virgen del Carmen en el lugar donde se obtuviera la victoria de los patriotas. Tras la Batalla de Maipú, Bernardo O´Higgins pone la primera piedra del Templo Votivo de Maipú, Santuario Nacional y Basílica del Carmen, el cual se mantiene hasta hoy.
Con los años han surgido distintas veneraciones a la Virgen del Carmen en Chile. Dentro de las más conocidas están; la fiesta de La Tirana, celebrada el 16 de julio en el pueblo norteño de La Tirana, y la procesión de la Virgen del Carmen que se realiza el último domingo de septiembre en Santiago.
En 2007, el Congreso Nacional declaró la fiesta de la Virgen del Carmen como feriado nacional.
El pasado 24 de junio de 2021 fue bendecido e inaugurado un mosaico de la Virgen del Carmen, de 15.400 piezas, en los Jardines Vaticanos. Esto fue un regalo que ofreció la Embajada de Chile ante la Santa Sede como signo de unión y para pedir por la paz.
Raíz histórica
la santidad, siguieron habitando las montañas del Carmelo. Así comenzaron a invocar a la Santísima Virgen María, con el nombre del “Monte Carmelo”, lo cual derivó en el de “Virgen del Carmen”. Ya en el siglo VI había allí un pequeño monasterio. Después de esta manifestación de Dios en el Monte Carmelo, los seguidores de Elías comenzaron a vivir en dichas montañas como ermitaños. Hombres dedicados especialmente a la oración y a la penitencia en el silencio del desierto. Posteriormente, en la era cristiana muchos bautizados que deseaban obtener la perfección espiritual y la santidad, siguieron habitando las montañas del Carmelo. Así comenzaron a invocar a la Santísima Virgen María, con el nombre del “Monte Carmelo”, lo cual derivó en el de “Virgen del Carmen”. Ya en el siglo VI había allí un pequeño monasterio.
En el siglo XIII, el Patriarca Latino de Jerusalén, delegado papal en Tierra Santa, les pidió a los ermitaños del Monte Carmelo que ordenaran su estilo de vida. Esto se concretó por medio de una sencilla regla o reglamento, que fue aprobada por el Papa Honorio III en enero de 1226 y posteriormente confirmada por Inocencio IV. Regla que consta de 18 capítulos cuyo prólogo indica que está escrita para “Los que quieren vivir en obsequio de Jesucristo”. Después se dan normas de convivencia y de vida que deben llevar: lugares, superior, votos, oración, ayuno, trabajo, vida espiritual, etc. De esta manera, nació la orden religiosa de los Padres Carmelitas, que prometen observar esta regla cuando emiten sus votos religiosos.
Por lo tanto, la Madre de Jesús es la Virgen del Carmen, es decir, a la que desde tiempos remotos se venera en el Carmelo. Ella acompañó a los Carmelitas a medida que la Orden se propagó por el mundo. Incluso se les llamó: "Los hermanos de Nuestra Señora del Monte Carmelo". En su profesión religiosa se consagraban a Dios y a María, y tomaban el hábito en honor a Ella, como un recordatorio de que sus vidas le pertenecían a Ella, y por Ella, a Cristo.
Coronación de la Virgen del Carmen como “Patrona de Chile”
El año 1923, el Papa Pío XI declaró a la Virgen del Carmen como “Patrona de Chile”, con todos los privilegios que ello implica. Sin embargo, no fue hasta el 19 de diciembre del año 1926 que se realizó su coronación. En el Parque Cousiño (actual Parque O’Higgins), en una solemne ceremonia donde participaron miles de chilenos. Monseñor Benedicto Aloisi Masella, legado pontificio, coronó a la Virgen del Carmen como Reina de nuestra Patria.
Después de este gran acontecimiento, todos los sacerdotes y el pueblo chileno recurren al amparo de la Madre del Salvador en todo momento y necesidad. Como siempre, Ella educa y orienta la vida de todos los fieles hacia el encuentro con Jesús.
Varias décadas después, el año 1987, en su visita a Chile, el Papa Juan Pablo II coronó la imagen de la Santísima Virgen del Carmen que se venera en el Templo Votivo de Maipú. En esa ocasión, el Santo Padre hizo la siguiente oración:
“Virgen del Carmen, Reina y Patrona del pueblo de Chile, a tu corazón de Madre encomiendo la Iglesia y a todos los habitantes de Chile: los pastores y los fieles, todos los hijos de esta nación. Que bajo tu protección maternal, Chile sea una familia unida en el hogar común, una patria reconciliada en el perdón y en el olvido de las injurias, en la paz y el amor de Cristo.
También, cabe hacer presente que en esta visita pastoral a nuestra Patria el Papa Juan Pablo II declaró Beata a sor Teresa de Los Andes en la Santa Misa que presidió en el Parque O’Higgins. Años más tarde, el 21 de marzo de 1993, en la cuidad de Roma (Vaticano), fue canonizada transformándose en la primera santa chilena. Sin duda un gran regalo de Dios para la Iglesia y el mundo, pues su vida como carmelita descalza y el haber vestido el hábito de Nuestra Señora del Carmen, nos invita a imitar sus virtudes y amar con sinceridad a la Madre de Dios. Su solemnidad está muy unida a la de nuestra Patrona, pues la Iglesia la recuerda el 13 de julio de cada año.
“Virgen del Carmen, Reina de Chile, salva a tu pueblo que clama a ti; da a los chilenos que te veneran, amor de Patria y amor de Dios”.
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