“Además de expresarles mi gratitud, quisiera animarlos para que su servicio, a veces arduo, se sostenga siempre en su motivación fundamental: cuidar de las personas, proteger su dignidad y su seguridad. Esto es precioso”, lo dijo el Papa Francisco en su discurso a los Dirigentes y al Personal de la Comisaría de la Policía Italiana ante el Vaticano, a quienes recibió en audiencia, la mañana de este jueves, 3 de febrero de 2020, en la Sala Clementina del Vaticano.
Su presencia vigilante facilita las celebraciones y el orden
Después de saludar a los miembros de la delegación de la Policía Italiana que presta servicio ante el Vaticano – encargados del cuidado de los lugares santos, del control de la seguridad de los turistas y peregrinos que llegan a visitar la Sede Apostólica, y del orden publico en las diferentes celebraciones presididas por el Papa – el Pontífice agradeció a los capellanes por el apoyo espiritual que brindan a los efectivos policiales, y resaltó que, este tradicional encuentro, en las primeras semanas del año, es una buena oportunidad para expresarles su estima y aprecio. “En estos meses marcados por la pandemia – puntualizó el Pontífice – han sabido modular bien su trabajo, combinando las normas sanitarias y el orden público con las necesidades de los peregrinos. También es gracias a su profesionalidad que la vida en torno a estos lugares santos y a la Ciudad del Vaticano ha sido serena”.
“Su vigilancia diurna y nocturna protege a las personas que vienen a rezar a la Basílica y que vienen a encontrarse conmigo. Su oportuna actividad también facilita los actos espirituales y religiosos que se celebran en la Plaza de San Pedro, así como las visitas de los turistas”
Cuidar de las personas, proteger su dignidad y su seguridad
En este sentido, el Papa Francisco destacó que, se trata de una tarea considerable y delicada, la que los efectivos policiales llevan a cabo con diligencia y cuidado, esforzándose por ser pacientes y serviciales incluso en las situaciones más complejas, como sus visitas a Roma o sus visitas pastorales en Italia. Por ello, les gradeció por su estilo: “su presencia es discreta y al mismo tiempo eficaz, lo que resulta aún más fructífero por su colaboración con la Gendarmería Vaticana”. Además, de agradecerles, el Papa también los animó para que su servicio, a veces arduo, se sostenga siempre en su motivación fundamental: cuidar de las personas, proteger su dignidad y su seguridad. Esto es precioso.
Permiten que se produzcan tantos encuentros en el Señor
Finalmente, recordando la celebración litúrgica de este 2 de febrero, Fiesta de la Presentación del Señor en el Templo, también conocida como la "fiesta del encuentro", el Santo Padre recordó que, el Evangelio narra el encuentro de María y José, con dos ancianos, Simeón y Ana. Y dijo que, diferentes generaciones e historias se encuentran, y en el centro está Jesús. Todo ello, concluyó el Pontífice, “me hace pensar en ustedes, que, con su trabajo, permiten que se produzcan aquí tantos encuentros en los que el Señor está en el centro”. Antes de impartirles la bendición, el Papa Francisco los encomendó a la Sagrada Familia para que los cuiden y protejan, “a ellos les confío las esperanzas y preocupaciones que llevan en sus corazones”, y les aseguró sus oraciones.
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